Ver a tu gato rascarse puede ser una situación trivial y no representar nada importante, pero si empieza a ocurrir con frecuencia puede ser una señal de que algo no va bien con la salud del animal. Los problemas con los parásitos son bastante comunes e incluso cuando los gatos viven en el interior, pueden acabar contaminados por pulgas, garrapatas y ácaros. Además, la sarna de las orejas, las micosis y las alergias alimentarias también pueden ser la causa de que el gato se rasque mucho. A continuación, comprenda más sobre cada una de estas causas y cómo hacer que su gato deje de rascar en estas situaciones.
El picor del gato puede ser un problema de pulgas y garrapatas
Al igual que en los perros, las pulgas y garrapatas también son un peligro para la salud de los gatos. Por eso, cuando se observa que un gato se rasca mucho, sobre todo después de una visita al veterinario, por ejemplo, es importante hacer un «chequeo» del cuerpo del animal para asegurarse de que no ha sido atacado por ninguno de estos parásitos. Si se confirma la presencia de las temidas pulgas, ¿cómo hacer que el gato deje de rascarse? La respuesta es sencilla: hay varios productos antipulgas que pueden utilizarse para combatir la proliferación de los parásitos. En el caso de las garrapatas, también hay medicamentos que acaban con el problema. Pero si la idea es prevenir estos dos parásitos, una buena idea puede ser el collar antipulgas, que también suele tener acción contra las garrapatas.
La sarna de las orejas suele provocar picores en los gatos
Conocida popularmente como sarna de las orejas, la sarna otodécica es una de las principales causas de que un gato se rasque mucho. Lo que causa este problema es un ácaro llamado otodectes cynotis y se produce principalmente por el contacto de un animal sano con otro infectado. Además del picor en los gatos, otros posibles síntomas de esta enfermedad son el exceso de cera rojiza o marrón, las llagas en la zona del oído y el mal olor. Ante la sospecha de sarna otodécica, el tutor debe llevar a la mascota al veterinario para obtener el diagnóstico correcto de la enfermedad y comenzar el tratamiento, que puede durar hasta un mes. En general, están indicados los medicamentos parasiticidas o los productos que deben aplicarse directamente en los oídos. La otitis suele provocar los mismos síntomas.
El picor y la pérdida de pelo del gato pueden deberse a una micosis
Una de las enfermedades cutáneas más comunes en los gatos es la micosis, que es bastante contagiosa. Causada por hongos, esta afección suele estar muy relacionada con el hecho de que el gato se rasque mucho o se lama y muerda excesivamente una zona. Las zonas más afectadas suelen ser la oreja y el hocico, pero el problema también puede extenderse a otras partes del cuerpo del animal. Además del picor en los gatos con tiña, también puede observarse la pérdida de pelo, escamas amarillentas y la aparición de nódulos. Saber cómo hacer que el gato deje de rascarse dependerá principalmente del análisis del veterinario, que hará una serie de pruebas para asegurarse de que el picor del gato se debe a una micosis y también para ver si no hay una enfermedad primaria que haya provocado este cuadro. El tratamiento puede variar y durar entre 1 y 3 meses, pero en general se realiza con productos antiinfecciosos y antifúngicos asociados a medicamentos tópicos como cremas y pomadas.
La alergia alimentaria también puede desencadenar un picor en los gatos
La alimentación es una de las partes principales para mantener una buena salud en los gatos. Pero lo que poca gente sabe es que a veces algunos animales pueden presentar intolerancia a ciertos ingredientes presentes en las raciones y, por tanto, necesitan seguir una dieta más específica. La reacción más común es el picor en los gatos, lo que indica que el minino tenía una alergia alimentaria. Además, también puede haber pérdida de cabello y un aparente enrojecimiento. Con el tiempo, el gato acaba mostrando cierta apatía por la comida, ya que es una situación muy desagradable para él. Por lo tanto, es importante asegurarse siempre de que su amigo no tiene ningún tipo de intolerancia a los componentes presentes en los alimentos. El diagnóstico de alergia alimentaria debe ir seguido de un seguimiento con un veterinario especializado en nutrición animal.