Consejos prácticos para escoger la ropa de invierno de los niños.

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Aprende a vestir correctamente a un niño para un clima frío. Ten en cuenta sus particularidades y actúa en consecuencia.

Ten siempre en cuenta las diferencias existentes entre el niño y tú.

Sin duda te habrás percatado en alguna que otra ocasión de que, mientras tú estás helado o helada, la persona que está contigo parece encontrarse de maravilla pese a contar con menos ropa de abrigo (o justo al contrario). Cada cuerpo es un mundo y no siempre se halla en las mismas circunstancias. A la hora de abrigar a un niño debemos tener en cuenta que sus necesidades de abrigo no son las mismas que las nuestras. Un abrigo para niña puede serle necesario a ella, aunque a ti te valga simplemente con una camiseta de manga larga.

 

A cada edad, unas necesidades distintas.

El cuerpo de los niños, bastante más pequeño que el nuestro, tiende a perder su calor con mayor facilidad. Se suele decir (y esto es cierto) que un bebé o un niño de unos pocos años necesita una capa más de ropa que el adulto que lo acompaña. Entre cada capa de ropa se forman pequeñas bolsas de aire que ayudan a retener el calor. Y además, con ello se logra cierta versatilidad, pudiendo eliminar o añadir esa última capa según las necesidades cambien.

Los gorros y guantes pueden ser necesarios, ya que gran parte del calor corporal se escapa desde la cabeza y porque las extremidades son especialmente vulnerables al frío. Si el niño o la niña va en un carrito, siempre se puede añadir una manta.

Por otra parte, ten en cuenta que si hablamos de un niño de edad algo más avanzada, que camina y corre, la cosa cambia. Su metabolismo se encuentra acelerado y sus energías lo llevan a moverse seguramente mucho más de lo que lo haces tú. Así que no conviene que un excesivo abrigo lo lleve a sudar y mojar la ropa, provocando el efecto contrario al deseado.

¿Cómo escoger las capas de ropa?

  • Primera capa de ropa o capa base.
    Esta prenda ha de ser transpirable y cómoda(y no restringir en exceso el movimiento). Conviene, por tanto, evitar materiales como el algodón, que pueden retener el sudor. Y optar por tejidos como el poliéster. La gran mayoría de ropa térmica cumple a la perfección con esta función.
  • Segunda capa de ropa o capa intermedia.
    Esta capa tendrá una función de aislante térmico. Un abrigo para niña o niño, chaqueta polar, suéteres de lana…
  • Tercera capa o capa exterior.
    La ropa que ha de proteger del viento, la lluvia o la nieve. Esta capa ha de ser una talla más grande que las anteriores para dejarles espacio. Hablamos de chaquetas impermeables con capucha, prendas de Gore-Tex, pantalones con peto, etc.

 

Por último, aprende a identificar las señales.

Si hablamos de un bebe o de un niño que apenas ha aprendido a hablar, quizá no pueda o no sepa identificar la razón de su incomodidad. Presta atención a sus movimientos, quejas o posible sudoración. Toca con regularidad sus manos, mejillas y frente para comprobar su calor corporal.  

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