El chorizo es un alimento maravillosamente nutritivo y culinario que todo el mundo puede incluir en su dieta como parte de una dieta variada y equilibrada. Aporta proteínas de alto valor biológico y es una buena fuente de minerales como hierro, zinc y magnesio. Sin embargo, algunas de sus propiedades nutricionales lo hacen inadecuado para perros.
¿El chorizo es bueno para los perros?
¿Qué pasa si le doy chorizo a mi perro? En primer lugar, podemos pensar que el chorizo, que es un derivado de la carne, es un alimento adecuado para perros. De hecho, si tu perro ha probado alguna vez esta salchicha, puedes estar seguro de que le encantará su aroma y sabor. Sin embargo, debes saber que el chorizo no es apto para perros. Su composición y propiedades nutricionales no repercuten positivamente en la dieta de nuestras mascotas. De hecho, en algunos casos, su consumo puede ser perjudicial para la salud. Por lo tanto no es bueno darle chorizo a mi perro.
¿Por qué el chorizo es malo para los perros? Como apuntábamos en el apartado anterior, el chorizo no es apto para perros. Su composición nutricional no solo es poco saludable, sino que también puede ser dañina. A continuación te explicamos los principales motivos por los que el chorizo no es apto para perros, o cuales son los daños ocasionados por el chorizo a mi perro.
Alto en grasa: El chorizo es un tipo de embutido que se elabora con grasa y carne, generalmente de cerdo, aunque también puede estar elaborado con carne y grasa de otros animales. Sin embargo, en todos ellos el contenido en grasas es muy alto y puede oscilar entre el 30 y el 50%.
Las mascotas con obesidad o sobrepeso, diabetes, problemas hepáticos o digestivos necesitan limitar la cantidad de grasas en su dieta, por lo que el chorizo debe ser un alimento prohibido para estas mascotas. Asimismo, los perros saludables deben evitar este alimento para prevenir el sobrepeso y enfermedades relacionadas.
Alto en sal: El chorizo es un embutido añejo curado. Durante el proceso de curado, se agrega sal en cantidades relativamente grandes para deshidratar el producto y así prevenir el crecimiento microbiano y contribuir a la estabilidad del producto a temperatura ambiente.
Entonces, ¿Puedo darle chorizo a mi perro? Los perros pueden tolerar cierta cantidad de sal en su dieta, sin embargo, alimentos como el chorizo contienen demasiado sodio, lo que puede ser perjudicial para su salud (poliuria, sed de agua, diarrea y vómitos, entre otros). Además, este exceso de sal puede ser especialmente dañino para los perros con enfermedad renal.
Lo ideal es que los perros reciban una alimentación sana y equilibrada para proteger su salud. Esto funciona incluso si se entregan a la comida chatarra. En lo que se refiere a embutidos, chorizo y otros embutidos, existen opiniones a favor de su uso. Sobre todo premios y en cantidades pequeñas.
¿Qué hago si quiero darle chorizo a mi perro? En cualquier caso, una invitación a consultar a un especialista. Como veterinario y conocedor de animales, tendrá más oportunidades para expresar su opinión.
Posibles consecuencias cuando los perros comen salchichas
Con el tiempo y en pequeñas cantidades, no es probable que sea un problema. Pero si los perros son alérgicos a la carne de cerdo, definitivamente se enfermarán. Uno de los peligros es que las papilas gustativas de un perro se acostumbren a estos sabores y comiencen a rechazar los alimentos saludables y nutritivos. Sin embargo, aquí hay algunas razones para tener cuidado.
No debe haber sal en la comida de estos animales y hay demasiada sal en estos productos. A la larga, esto puede provocar presión arterial alta. Además, los perros calientes aportan demasiada grasa. Un ejemplo es el chorizo, que tiene un 40%, en su mayoría saturado. Además, tiene un alto contenido en sodio. Algunos de los posibles factores agravantes son el sobrepeso, el dolor en las articulaciones y los problemas cardíacos.
Su perro es un miembro de pleno derecho de su familia. Si quieres premiarlos con un hot dog, elige algo más saludable. Busque uno sin condimentos, preferiblemente con pollo o pavo. Eso sí, siempre con el consentimiento de tu veterinario. El especialista toma la decisión final basándose en el historial médico del perro.