Si le dijéramos que el Mastín Tibetano es de la misma familia que el Pinscher y el Schnauzer, ¿lo creería? Sí, los gigantes del Himalaya son del mismo grupo que estos perros pequeños.
Esto se debe a que el Mastín Tibetano es una raza muy antigua de perro de montaña que ha pasado por varios cruces. Los estudiosos creen que la especie comenzó a modificarse genéticamente a partir del lobo hace 58 mil años.
¿Quiere saber más? A continuación, vea ahora las características del mastín tibetano, cómo cuidarlo y mucho más.
Características del mastín tibetano
También llamado Do-Khyi (que en chino significa «perro atado»), danés tibetano y mastín tibetano, el mastín tibetano es reconocido por su aspecto robusto, pesado y muy bonito. Vea cómo es un perro de mastín tibetano:
Temperamento
Es un perro leal, fuerte, majestuoso y muy resistente, capaz de vivir bien en temperaturas extremas. Es muy protector con su familia, inteligente y, con ello, es un gran guardián, aunque no tiene actitudes agresivas en ningún momento.
En casa, es necesario tener espacio para que el perro haga ejercicio, ya que es moderadamente activo.
También salta alto, le gusta cavar, trepar y una curiosidad es que es un perro más activo por la noche.
Características físicas
La característica más llamativa de este mastín gigante es su «melena» formada por una gran cantidad de pelo alrededor de la cara.
Tiene una capa dura y bastante densa y un pelo grueso, aunque no muy largo. Normalmente, el pelo es marrón o negro, pero también se pueden encontrar perros blancos, azules, dorados y rojo oscuro.
Es un perro de tamaño grande, con una altura mínima de 66 cm para los machos y de 61 cm para las hembras. Su peso oscila entre los 55 kg y los 80 kg aproximadamente. Hay animales de esta raza que pesan hasta 130 kg.
Origen del mastín tibetano
El mastín tibetano es una raza originaria del Tíbet (China). Se utilizaba como raza de trabajo, siendo un perro de pastoreo y de guarda de ganado para los pueblos nómadas del Himalaya. En esa época, también era un guardián de los monasterios tibetanos, donde vivía con los monjes.
Destacados cinólogos europeos han identificado que posiblemente sea el primer ancestro de todas las grandes razas de montaña. Pero los relatos sobre los mastines tibetanos se remontan a mucho antes, desde Aristóteles (348-322 a.C.) y Marco Polo (hacia 1271).
Muy interesante, ¿no? Muchos amantes del Mastín Tibetano no saben que su origen se remonta tan lejos.
Cómo cuidar a un mastín tibetano
El cuidado de un Mastín Tibetano es similar al de perros de otras razas, ya que no presenta muchos problemas de salud y suele ser un perro independiente. Aquí está el cuidado principal:
Alimentación
El mastín es un perro bastante grande, por lo que puede comer hasta 1 kg de pienso al día. Es importante que le alimentes con comida de buena calidad, para que ingiera todos los nutrientes que necesita para desarrollarse.
Juguetes
Como es un cachorro activo, es importante enriquecer su entorno con diferentes juguetes. Especialmente por la noche querrás que tu mascota tenga un entretenimiento para gastar energía.
Baño y cabello
El Mastín no necesita baños muy frecuentes, porque no presenta mal olor con intensidad. Una vez al mes será suficiente, pero si tu perro se mueve mucho o vives en una zona calurosa, puedes aumentar a dos veces al mes.
El pelo, aunque abundante, no suele caer mucho y se puede reducir cepillando semanalmente.
Salud
Si tienes un cachorro de Mastín Tibetano en casa, debes saber que la esperanza de vida es de 10 a 14 años, aunque cada animal tiene sus propias particularidades.
Cuando presenta algún problema, suele ser entre:
- Displasia de cadera y luxación de rótula, recurrentes en perros grandes;
- Dermatitis, en caso de que su abundante para el cabello no se seque correctamente;
Lo importante es que lleves a tu mascota al veterinario en cuanto se acerque a ti y mantengas las consultas periódicas para evaluar su salud.
Recuerda vermifugar al perro, castrarlo en el momento indicado por el veterinario (ya que puede prevenir enfermedades) y ponerle las vacunas imprescindibles para prevenir contra enfermedades graves.