Cueva famosa por sus formaciones
Si Cantabria destaca por su belleza exterior, el subsuelo no desmerece la fama de esta región con más de 6 mil 500 cuevas, algunas con espectaculares formaciones, como las majestuosas excéntricas que adornan el interior de la cueva El Soplao.
Bajo el suelo de Cantabria se encuentra un mundo de espectacular belleza. Ejemplo de ello es la majestuosa cueva de El Soplao, santuario de excéntricas, formaciones geológicas catalogadas entre las cinco más bellas del mundo por la calidad de su blancura y pureza, que junto con uno de los mejores yacimientos de ámbar del planeta han incrementado la fama del lugar.
La Comunidad Autonómica de Cantabria, situada en el norte de España, frente al Océano Atlántico, posee importante patrimonio de más de seis mil 500 cavidades a lo largo del pequeño territorio, algunas con pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y otras con espectaculares formaciones geológicas.
En la segunda categoría se encuentra El Soplao, que geólogos y espeleólogos internacionales han coincidido en llamar la “Catedral de la Geología Mundial” o la “Capilla Sixtina de la Geología” por la cantidad de excéntricas (helictitas), estalactitas y estalagmitas que es posible contemplar en su interior, de casi 20 kilómetros de longitud, de los cuales seis kilómetros están abiertos al público.
El Soplao se localiza en una montaña de la Sierra de Arnero, en los municipios de Valdáliga y Rionansa, 80 kilómetros al occidente de Santander, capital de Cantabria; desde el exterior de cielos despejados pueden admirarse los Picos de Europa de nevadas cumbres, el mar azul y verdes paisajes de singular belleza.
Descubrimiento fortuito
Se formó hace 240 millones de años, en el Mesozoico, y en las inmediaciones se descubrió el yacimiento de ámbar del Cretácico más importante del mundo, que data de hace 110 millones de años, con gran abundancia de piezas con insectos fosilizados encontrados en él, entre cuyas características destaca el color azul-púrpura que presentan la mayor parte de ellas.
Es un sistema de “cuevas minas”, porque entremezcla de manera continua las dos formas, descubierta de manera fortuita por mineros a principios del siglo XX, aunque en el lugar se trabajaba desde 1879 por formar parte de la zona minera La Florida, informó Jezabel Tazon Salces, del Departamento de Promoción de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes del Gobierno de Cantabria.
“El Soplao” es palabra del argot minero. Quienes contactaron por primera vez con la cueva escucharon un ruido como si soplaran, por la entrada de aire, explicó. Al no encontrar mineral en la cueva, la utilizaron para distintas funciones, cerrándola en 1978.
En el 2005, después de algunos años de habilitarla para visitas, se abre al público, que ha respondido muy bien a este proyecto del Consejero de Cultura, Turismo y Deporte de Cantabria, Francisco Javier López Marcano, quien concretó la primera parte del proyecto en tiempo récord, además de la construcción de la carretera de acceso, Centro de Recepción de Visitantes y el túnel de entrada a la cueva, que no los había.
Del Centro a la entrada de la cueva se caminan 150 metros para iniciar el paseo en un tren minero, por lo general para visitantes más jóvenes o mayores. El recorrido es a través de un túnel artificial, pero una vez adentro la visita es a pie, pudiéndose observar equipo y materiales utilizados en la actividad minera.
Dos modalidades de visita
La cueva mina ofrece dos modalidades de visita: una es el “turismo de pasarela”, que consiste en recorrido circular, es decir, comienza en un punto y termina por el mismo lugar, con longitud menor a kilómetro y medio. La otra es el turismo de aventura, en la que los visitantes recorren dos kilómetros y medio y el concepto es diferente: los aventureros tienen que portar botas de goma, ropa adecuada y un casco con su propia luz.
El interior de grandes cámaras contiene estalactitas y estalagmitas, las formaciones más comunes en cualquier cueva o gruta, pero en El Soplao se puede admirar las excepcionales excéntricas y banderas, formaciones traslúcidas que cuelgan del techo. Otras cuevas también las tienen, mas no en la cantidad y calidad de ésta. No llega a diez el número de cuevas en todo el mundo con este tipo de formaciones de piedra caliza, según expertos, asegura Jezabel Tazon.
El techo de la cueva en el interior es de colores caprichosos: rojo, la parte de las estalactitas; las estalacmitas, de un blanco extraordinario, por la pureza del carbonato de calcio. Hay estalactitas rectas macizas y rectas y huecas; otras, cristalinas, crecen para todos lados, de manera caprichosa.
Las galerías
Las cámaras de la cueva reciben diferentes nombres para identificarlas de otras dentro del mismo sistema. La primera en verse es la Galería Gorda, con laguna subterránea natural y una de las más grandes en cuanto a espacio. El sistema de iluminación resalta el colorido de las formaciones de estalactitas del techo, cubierto de helictitas de calcita.
Galería de los Fantasmas es la más amplia sala natural con gran cantidad de gruesas estalagmitas blanquecinas que emergen del suelo, las cuales dieron nombre a la galería.
Entre otras galerías interesantes están la del Falso Suelo, del Campamento, de la Coliflor, El Bosque, Génesis, del Puente, La Sirena, Las Columnas.
La siguiente fase del proyecto es la construcción del Museo del Ámbar, con piezas del yacimiento de la zona perteneciente al Cretácico Inferior, la era de los dinosaurios, que no serán comercializadas sino objeto de investigación.