«50 sombras de Grey» es una secuela que enamoró a muchos fanáticos de los libros y la cual tuvo bastante éxito. La actriz Dakota Johnson se dio a conocer gracias a estas películas, lo que hizo que empezara a labrarse una carrera en Hollywood. Sin embargo, la actriz asegura que no todo fue color de rosa durante la producción de las películas. De hecho, asegura que tuvo muchos roces durante la filmación, especialmente con E.L. James.
En el momento que empezó a filmarse la primera película (hace 9 años), Dakota Johnson solo tenía 23 años, por lo que era muy joven en ese entonces. Asegura que sintió mucho miedo y se sintió intimidada por todo lo que ocurría. Incluso, la actriz calificó a esa filmación como «caótica» y que todo había sido una locura.
Estas declaraciones de la actriz salieron a la luz recientemente en una entrevista que tuvo con Britt Jennemuth. Asegura que aprovechó ese pequeño espacio para desahogarse de todo lo que calló durante años. En un principio, la actriz aseguró que hubieron una mezcla de factores que hicieron que la filmación se complicara para ella. Pero además, aseguró que la mayor parte de la culpa fue de la propia E.L. James.
Dakota Johnson tuvo muchos roces con E.L James durante la filmación
Durante el proceso de filmación de la película, la actriz asegura que tuvo roces con la escritora, ya que ella quería forzar su visión en la película. Si bien sus ideas podían quedar bien en los libros, lo cierto es que no lo harían en la pantalla.
Asegura que la escritora cambiaba las líneas de un día para otro porque «no le gustaba», lo cual hacía que todo fuese un cáos. Incluso, dijo que grababan dos escenas, una con la idea de la escritora y otra con la de ellos. Junto a la directora de la película intentaron «salvar» el guión original, sin embargo, las decisiones de E.L. James tenían mucho peso en la producción.
Finalmente, la actriz aseguró que ella no estaba arrepentida de haber participado en la película. Después de todo, todo ese sufrimiento le ayudó a llegar hasta donde está ahora, pero asegura de que haber sabido por lo que pasaría, es probable que no hubiese aceptado.