Metrópoli prehispánica de 16 monarcas
La civilización maya se extendió desde el sur de México hasta Honduras, en donde nos legó una de sus más encantadoras ciudades: Copán, cuyas esculturas de piedra, templos y estelas revelan la gran calidad artística alcanzada por sus creadores.
Nora García/Fotos: VEN AMÉRICA
Sobre la verde planicie rodeada de montañas se localiza el majestuoso Parque Arqueológico de Copán, la bella ciudad prehispánica de artístico trazo con el texto escrito en piedra más largo del mundo maya descubierto hasta la fecha: la Escalinata de los Jeroglíficos, construida durante el reinado de Humo Caracol, la cual exalta la gloria de quince monarcas de la dinastía copaneca.
Escalinata de los Jeroglíficos
Copán refleja el esplendor de esa cultura que se extendió desde el sur de México, Guatemala y Belice, hasta El Salvador y el occidente de Honduras, a tal grado que en 1980 el Parque Arqueológico de las Ruinas de Copán fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Dos años más tarde el gobierno de ese país lo declaró Monumento Nacional.
La mítica ciudad maya más famosa de Honduras se erigió en el valle del río Copán, al noroeste del país, en una extensión de 24 kilómetros cuadrados. El perímetro del Parque Arqueológico era el núcleo urbano, centro político, cívico y religioso de la Ciudad-Estado de Copán, que entre el año 250 al 900 d. C. llegó a estar habitada por alrededor de 21 mil personas. En la actualidad recibe más de cien mil visitantes al año.
Luego de aterrizar en la ciudad de San Pedro Sula, ubicada en fértil valle surcado por dos ríos y rodeado de verdes montañas, nos dirigimos por la carretera de Occidente hacia nuestro objetivo, en la ciudad colonial de Copán Ruinas, departamento de Copán. No se confunda, porque en la región varias poblaciones tienen el sufijo Copán como, por ejemplo, La Entrada Copán, Santa Rosa de Copán.
Para su comodidad, también se puede llegar por avión desde San Pedro Sula, la ciudad industrial y económica del país, y desde la capital, Tegucigalpa, por el aeropuerto cuya reciente construcción por parte del gobierno hondureño tiene como objetivo incrementar los flujos de visitantes hacia la región y posicionar a la nación entre los destinos receptores protagónicos de Centroamérica.
Aeropuerto/Foto: IHT
Majestuoso Parque
A un kilómetro de la ciudad de Copán Ruinas y a once kilómetros de la frontera con Guatemala, el Parque Arqueológico de delicada línea arquitectónica se yergue en la planicie rodeado de montañas sobre una alfombra de pasto verde entre frondosos árboles; cuenta con museo y Centro de Visitantes.
Centro de Visitantes
Unas guacamayas rojas, símbolo de Honduras, reciben al visitante en la malla de acceso mientras otras deambulan por los árboles. Dicen los custodios que estos magníficos ejemplares fueron rescatados del cautiverio y no se escapan porque aquí se les alimenta.
Dos calzadas parten del acceso: una en línea recta al fondo de la cual se observa un basamento en la Gran Plaza, y la otra, en diagonal, conduce a la parte posterior de la Acrópolis, por donde la mayoría de visitantes comienza el recorrido, por la que avanzamos bajo los árboles cuya espesura lo cubre todo de sombras.
La larga calzada
El basamento al final de la calzada
La otra calzada
Aparecen los primeros montículos entre los cuales crecen árboles, y luego una gran estructura a la izquierda y enfrente otra del complejo arquitectónico de dos plazas: la oriental y la occidental, con cinco zonas de interés principal: La Acrópolis, la Escalinata de los Jeroglíficos, el Juego de Pelota, la Gran Plaza y Las Sepulturas. Al sur y varios metros hacia abajo se encuentra El Cementerio, residencia real integrada por varios edificios de piedra.
En el corazón de Copán
Las sepulturas
La Acrópolis
La Acrópolis, en la plaza oriental, alberga el Templo 11, considerado la obra maestra de Yax-Pac, último rey de Copán. En la misma zona se encuentra el Templo 16 o del Sol, construido sobre el también majestuoso templo Rosalila, visible por el túnel del mismo nombre. Frente a la base de la escalinata del Templo 16 que da al Patio Occidental, se encuentra el Altar Q de cuatro lados, famoso porque en él aparecen los 16 monarcas de Copán.
La otra plaza
El Escalinata de los Jeroglíficos, juego de pelota y una plaza al fondo
El juego de pelota
Ascendemos por la parte posterior del conjunto y desde lo alto contemplamos la Plaza Oriental, con gradas en tres de sus lados; el relieve de un jaguar sobre sus patas traseras adorna una gradería que hace esquina con la parte posterior del Templo 11 en cuyo interior corre el largo túnel Los Jaguares.
El jaguar guardián
El túnel de los jaguares
Acceso al túnel
Desde la parte superior se observa al costado derecho el Templo 26 con la famosa Escalinata de los Jeroglíficos, cubierta con lona para evitar mayor deterioro por las inclemencias del tiempo; construido en el año 749 de nuestra era por el décimo quinto gobernante, Humo Caracol, podría tratarse de la genealogía dinástica copaneca.
Base de la escalinata
Los 63 escalones contienen cerca de dos mil jeroglíficos y cinco estatuas de monarcas anteriores, convirtiéndola en la más larga inscripción del mundo maya a la fecha.
También se admira en todo su esplendor el Juego de Pelota y la Gran Plaza con algunas estelas y pequeños adoratorios. Todo circundado de verde vegetación.
Mientras observo el conjunto parada sobre su vértice trato de imaginarme el pasado esplendoroso que revelan templos, esculturas, túneles y estelas, gobernado a lo largo de su historia por 16 mandatarios, desde Yax-Kuk-Mo hasta Yax-Pac, y descubierto en 1570 por el español Diego García de Palacio.
Después visitamos el Museo de Escultura Maya, en el mismo parque, donde se exhiben las bellas piezas encontradas y la impresionante réplica a tamaño real del Templo Rosalila.
Detalle de la reproducción del Templo Rosalila
También se pueden visitar otros restos de antiguos asentamientos diseminados por el valle.
Copán Ruinas
Ya en Copán Ruinas, población con casas de teja roja, comimos en el restaurante Carnitas Nia Lolas y cenamos en Twisted Tanyas. Recomendables.
El Nia Lolas
Las calles empedradas invitan a caminar, entrar a los cafés, restaurantes, tiendas de artesanías, al Museo de Copán y la Casa K’inich (museo interactivo).
Sin duda, Copán le fascinará.